viernes, 16 de diciembre de 2011

Lavado y conservación de las mantelerías




Las mantelerias son piezas únicas con las que hay que tener un especial cuidado. En este artículo recogemos los mejores trucos caseros de nuestras para mantener devolver la blancura a nuestras mantelerias y mantenerlas siempre bellas.
- Una regla de oro es lavar  en agua fría ya que el agua caliente fija las manchas y complica su extracción.
- También se puede introducir en la lavadora medio limón en un calcetín blancoAdemás de blanquear, eliminará las manchas.
- Otro truco muy eficaz es dejar la prenda amarilleada en remojo durante toda la noche en una mezcla de doce partes de agua y una parte de vinagre blanco. Por la mañana, lavar la prenda como de costumbre ¡verás qué cambio!

Las manchas de vino tinto en manteles blancos se pueden eliminar sumergiendo la zona en leche hirviendo.
- Otra fórmula muy eficaz para eliminar estas manchas en el momento es verter vino blanco sobre la mancha de vino tinto y cubrir con sal inmediatamente.
- Si no se dispone de vino blanco se pone sal sobre la mancha y se lava con agua jabonosa. Si el mantel es blanco dar un primer aclarado con agua y lejía y sí es de color con agua y amoniaco.



- Las manchas antiguas desaparecerán aplicando una mezcla de tres partes de alcohol de 90º y una de agua, seguidamente lavar.

- Las mantelerías más delicadas, como las de organdí, batista o las que tienen muchas puntillas y bordados se remojan en agua con un puñado de sal para que pierdan el apresto y la suciedad. Después, se lavan a mano en frío y con un detergente especial para lana.

- Para quitar esas feas manchas amarillas, poner el mantel a remojo durante varias horas en una mezcla de dos cucharadas de perborato por cada medio litro de agua. También puedes dejarlo en remojo durante dos horas en agua con un chorrito de lejía. Algo que hacían nuestras abuelas era empapar las manchas amarillentas con leche y poner al sol hasta que se secara.

- Secar los manteles en la cuerda del tendedero bien extendidos y asidos por uno de los laterales para no marcarlos al centro. Colgar mojados para que el propio peso del agua los estire y retirar algo húmedos para facilitar el planchado. Si el mantel es de color , procura tenderlo a la sombra, o al menos al reparo del sol de mediodía. Si ves que inevitablemente le va a pegar el sol, tiendelo de modo tal que el revés sea el que quede a merced de esta luz. El sol diecto solo conviene a las mantelerias para quitar las manchas y durante el proceso que se utilice para tal fin.

- Planchar:
* Utilizar la temperatura ideal para cada material.
* Estirados por sectores para no marcar pliegues: un mantel con pliegues no  queda nada bien al ser colocado en la mesa. Es conveniente repasar el mantel en el momento de usarlo para que desaparezcan las posibles marcas de las dobleces al haberlo tenido guardado.
* Una buena opción es y si se usa con muletón debajo,vestir la mesa y planchar en el mismo lugar donde se va a utilizar.


- Guardar y conservar las mantelerías

* Lo mejor es enrollarlos dentro de tubos de cartón ya que previenen pliegues, humedades y que el mantel se arrugue por el peso de los demás manteles. Si no tenemos la posibilidad de guardarlos en tubos de cartón una opción es hacerlo en papel de seda para evitar que amarilleen.
* Para prevenir el ataque de polillas, no utilices naftalina, su olor penetrará en la tela y puede traerte graves problemas a la hora de servir la mesa. Mejor, hacer bolsitas de gasa con flores de lavanda. Esta flor, además de dar buen aroma a tu mantel, lo protegerá contra polillas, larvas y otros ataques.
* Además siempre los guardaremos sin almidonar.

- Cómo quitar el almidón o apresto de un mantel nuevo: Generalmente, los manteles vienen con demasiado apresto y resultan incómodos y ásperos. Por eso, es recomendable que antes de estrenarlo los pongas a remojo en agua tibia con una cucharada de sal y un poco de detergente para vajilla


- A las servilletas hay que darles el mismo tratamiento que al mantel al que pertenecen. Primero, eliminar las manchas antes de lavarlas con agua fría y sin centrifugar, usando la lejía sólo en aquellos casos en los que sea imprescindible para borrar una mancha rebelde.

- Los pañitos del pan: Las migas pueden dejar manchas amarillentas que se eliminan lavando la pieza con agua y detergente suave. Después se aclarar, se pone en agua de lejía muy clarita. Se aclara nuevamente, se le agrega un poco de apresto y se tiende sin escurrir todo el agua.




3 comentarios:

  1. Eres un hacha !!!
    Todo bien guardadito.
    Un millón de gracias.
    Charo Mtnez-Carande

    ResponderEliminar
  2. Enhorabuena, me parece un articulo realmente práctico y empezare a poner en práctica todos estos consejos.
    Belén A.

    ResponderEliminar
  3. Consejo útil y práctico como siempre. Lo imprimo. Con lo que me gustan a mi estos trucos caseros.
    Ana T.

    ResponderEliminar