Si bien resulta imposible mantener un traje como el día que salió de la tienda o la sastrería si éste no está fabricado con una tela de calidad, también es cierto que sin unos mínimos cuidados la vida útil de nuestro traje se verá reducida drásticamente.
Hay partes del traje que sufren especialmente con el uso. Así, la parte interna del muslo o las coderas están expuestas a un roce más o menos continuo. Es este roce localizado junto al uso incorrecto y abusivo de la plancha los principales motivos de que nuestro traje no permanezca no nosotros todo el tiempo que nos gustaría.
Será responsabilidad de cada caballero retrasar lo máximo posible el desgaste de sus trajes. Prestando atención a las siguientes normas con seguridad podremos disfrutar de nuestros trajes preferidos durante muchos años:
1- Es importante ir alternando los trajes y no vestir dos días consecutivos el mismo modelo. Dejando que nuestro traje descanse al menos un día conseguimos que las arrugas desaparezcan o al menos disminuyan evitando que tenga que pasar por la plancha.
2- Antes de sentarse es recomendable subirse ligeramente el pantalón para no forzar las costuras.
3- Deberemos evitar dejar el traje sobre una silla o cualquier otro lugar. La percha es el mejor sitio para que descanse nuestro traje. Las perchas de madera con hombreras anchas y redondeadas ayudan a mantener la forma originaria de las hombreras.
De ser posible deberíamos reservar en nuestro armario un apartado lo suficientemente alto como para poder extender en su totalidad los pantalones. Desplegándolos completamente vuelven por su propio peso a su posición original desapareciendo de forma natural las arrugas.
4- Debemos planchar el traje únicamente cuando verdaderamente lo necesite no convirtiendo el planchado en ningún ritual semanal. Las planchas, después de las tintorerías, son el principal enemigo de cualquier tejido.
5- Siempre y cuando nos sea posible y para evitar que usemos la plancha es conveniente contar con una máquina de vapor. Si al mismo desprendernos del traje hiciéramos uso de esta máquina evitaríamos que las arrugas se afianzaran en el tejido del traje.
6- Al finalizar el día colgaremos el traje en su percha y lo cepillaremos con un cepillo quitando cualquier resto de suciedad o polvo que pudieran haberse acumulado durante el día.
7- Siempre pasar por la tintorería debería ser nuestra última opción. Sólo cuando se hayan probado todas las alternativas posibles y de no haber dado con la solución se deberá pensar en visitar a la tintorería. Los estragos que las tintorerías pueden llegar a hacer en los trajes son muchas veces irreversibles.
De no quedarnos otra que tener que acudir a una de ellas siempre es más recomendable jacerlo a aquellas que no limpien en seco ya que éstas utilizan
productos químicos agresivos con los tejidos.
Igualmente, las planchas industriales resultan ser muy potentes y agresivas por lo que siempre será mejor insistir en que se planche el traje con una sencilla máquina de mano y no industrial.
8- Cuando toque rotar los abrigos por cambio de temporada es importante cerciorarse de que se guardan en bolsas con algún tipo de ventilación para que el tejido pueda “respirar” en los meses de descanso.
9- Se deberá evitar agolpar los trajes en el armario permitiéndoles que se aireen sin apretamientos.
10- A la hora de viajar resulta vital doblar correctamente el traje en la maleta para que sufra lo menos posible. La chaqueta la doblaremos por su parte interior protegiendo sobre todo sus hombreras. El traje deberá colocarse entre prendas blandas evitando que quede presionado con objetos duros como los zapatos. Para transportar el traje una maleta siempre resulta más recomendable que el clásico porta-trajes.
Al llegar a nuestro destino sacaremos el traje de la maleta y aprovecharemos nuestra primera ducha para conseguir que el vaho penetre en él y se vayan gran parte de las arrugas que durante el viaje se hayan podido producir.
Cada vez resulta más frecuente a la hora de adquirir un traje hacerse con dos pantalones. Los trajes se suelen abandonar debido más al envejecimiento del pantalón que al de la chaqueta. El acondicionamiento de los lugares de trabajo hace que si bien el pantalón acompañe al caballero durante todo el día la chaqueta lo haga escasas horas. Con dos pantalones en el armario la vida del traje será mucho más longeva.
Vi&Be
3- Deberemos evitar dejar el traje sobre una silla o cualquier otro lugar. La percha es el mejor sitio para que descanse nuestro traje. Las perchas de madera con hombreras anchas y redondeadas ayudan a mantener la forma originaria de las hombreras.
De ser posible deberíamos reservar en nuestro armario un apartado lo suficientemente alto como para poder extender en su totalidad los pantalones. Desplegándolos completamente vuelven por su propio peso a su posición original desapareciendo de forma natural las arrugas.
4- Debemos planchar el traje únicamente cuando verdaderamente lo necesite no convirtiendo el planchado en ningún ritual semanal. Las planchas, después de las tintorerías, son el principal enemigo de cualquier tejido.
5- Siempre y cuando nos sea posible y para evitar que usemos la plancha es conveniente contar con una máquina de vapor. Si al mismo desprendernos del traje hiciéramos uso de esta máquina evitaríamos que las arrugas se afianzaran en el tejido del traje.
6- Al finalizar el día colgaremos el traje en su percha y lo cepillaremos con un cepillo quitando cualquier resto de suciedad o polvo que pudieran haberse acumulado durante el día.
7- Siempre pasar por la tintorería debería ser nuestra última opción. Sólo cuando se hayan probado todas las alternativas posibles y de no haber dado con la solución se deberá pensar en visitar a la tintorería. Los estragos que las tintorerías pueden llegar a hacer en los trajes son muchas veces irreversibles.
De no quedarnos otra que tener que acudir a una de ellas siempre es más recomendable jacerlo a aquellas que no limpien en seco ya que éstas utilizan
productos químicos agresivos con los tejidos.
Igualmente, las planchas industriales resultan ser muy potentes y agresivas por lo que siempre será mejor insistir en que se planche el traje con una sencilla máquina de mano y no industrial.
8- Cuando toque rotar los abrigos por cambio de temporada es importante cerciorarse de que se guardan en bolsas con algún tipo de ventilación para que el tejido pueda “respirar” en los meses de descanso.
9- Se deberá evitar agolpar los trajes en el armario permitiéndoles que se aireen sin apretamientos.
10- A la hora de viajar resulta vital doblar correctamente el traje en la maleta para que sufra lo menos posible. La chaqueta la doblaremos por su parte interior protegiendo sobre todo sus hombreras. El traje deberá colocarse entre prendas blandas evitando que quede presionado con objetos duros como los zapatos. Para transportar el traje una maleta siempre resulta más recomendable que el clásico porta-trajes.
Al llegar a nuestro destino sacaremos el traje de la maleta y aprovecharemos nuestra primera ducha para conseguir que el vaho penetre en él y se vayan gran parte de las arrugas que durante el viaje se hayan podido producir.
Cada vez resulta más frecuente a la hora de adquirir un traje hacerse con dos pantalones. Los trajes se suelen abandonar debido más al envejecimiento del pantalón que al de la chaqueta. El acondicionamiento de los lugares de trabajo hace que si bien el pantalón acompañe al caballero durante todo el día la chaqueta lo haga escasas horas. Con dos pantalones en el armario la vida del traje será mucho más longeva.
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